EL FERROBÚS (Más rápido que el Corto, más moderno y más imparcial)

Cuando notas cierto frío por la rabadilla y las coyunturas se te resquebrajan, o estás de agua hasta la rodilla o es que estás hasta el gorro de tus gobernadores... (Alexander Fleming a punto de inventar la penicilina).

martes, julio 29, 2008

Va por ti, amigo.


Y sin embargo aún sigo llamándolo para darle de comer. Y luego empezaré a echarlo de menos.
Era de poco hablar. Se echaba en su canasto y simulaba un sueño permanente que no era tal; se delataba cuando me levantaba para cualquier cosa. Entonces, perezosamente se estiraba y me seguía los pasos. Después me adelantaba y se colocaba delante del frigorífico. Movía la cola y me miraba. Ya digo, era de pocas palabras, pero se hacía entender.
¡Cuántas tardes, Bobi Chero (nombre y apellido) nos hemos acompañado de la salita al despacho pasando por la terraza! En silencio. Acaso una caricia en el lomo y una ligera protesta porque es la hora de comer.
Y luego está María. También lo está pasando mal. Ella era tu cómplice más devota. Y tú lo sabías. Tus zalamerías tenían, casi siempre, buena recompensa. Los viernes te parabas en el portal mirando hacia la cochera. Luego subíamos y esperábamos a que chirriara la puerta -hay que echarle aceite-. Entonces te entraba la desesperación para que te abriera y salir corriendo escaleras abajo.
Hoy se ha muerto. Ha esperado que regresáramos de viaje (y eso, amigo, es de agradecer). Se me ha muerto el perro. Y punto. Pero se abre un paréntesis de pequeños vacíos que te hacen pensar. ¡Joder con la melancolía!

2 comentarios:

  • A las 11:55 a. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Tierno homenaje
    un abrazo, amigo

     
  • A las 6:47 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Desde este comentario quiero daros mi más sentidas condolencias por la pérdida de vuestro can. Me consta la unión perfecta y simbiótica que os granjeabais dia a dia. El perdurar hasta vuestra llegada de lejanas tierras es el deber inexcusable que todo perro fiel profesa. Es algo así como:"No sin vuestro consentimiento y consuelo".

    Seguramente esas pequeñas migajas que sobraron de la carne al marmol, de las que ya no pudo disfrutar,hubiesen sido tambien para él toda una delicia y una apreciación de nuevos sabores.

    No puedo tener mejor mortaja que su canasto,ni mejor sitio donde permanecer en silencio que su casita de campo; allí donde siempre escuchará vuestras voces y, porque no decirlo, esos chapoteos que la nueva generación forma saltandose los mandamientos que amigo RAFA propone.

    Lo dicho......DESCANSE EN PAZ.

     

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