EL FERROBÚS (Más rápido que el Corto, más moderno y más imparcial)

Cuando notas cierto frío por la rabadilla y las coyunturas se te resquebrajan, o estás de agua hasta la rodilla o es que estás hasta el gorro de tus gobernadores... (Alexander Fleming a punto de inventar la penicilina).

viernes, mayo 30, 2008

¡TIENE COJONES,(LA COSA)!

¡Joer (y perdóneseme el improperio) con el mundo y sus circunstancias!
Estoy (estaba)tranquilamente tomando el té de las siete y media cuando me entero por la radio (ahora oigo a Toni Garrido) de que se han escapado unos mamutes -quizá sólo sean chimpanceses- y se han concentrado en el T.S.J.A. Una vez que han tomado posesiones se han liado (¿?) a decretar sentencias, consejas y admoniciones a diestra y sobre todo a siniestra a cuenta del empeño de unos señores padres y unas señoras madres de unos señoritos niños o niñas, o viceversa..., a cuenta digo de unos derechos sobrenaturales o algo así de que sus niños entran, por motivos que rozan la altura espiritual y de tan católica consistencia, que no se puede aguantar (que dijo el trianero apoyado en la barra de la tasquita que hay según se sale de Sierpes a la derecha-como siempre).
Sí, hombre, esos jueces justicieros que se parten el pecho por dios en la santa semana y que sueñan con cenas en el pardo o el vaticano, y si me apuras en la white house.
Esos que afirman, sin rubor que el mejor maricón es el que se muere de sida, porque va al cielo, que las hostias domésticas se comulgan con paciencia y resignación, y de que los únicos que tienen derecho a la pernada son ellos mismos. Los que predican con los ejemplos del copero mayor y sus adláteres (a saber el fede, la shintignglink y el villa)... Esos que caminan levitando a dos mil años del suelo y que siempre tienen la respuesta apropiada para los problemas que ellos mismos inventan.
Pues a esos, simple y llanamente, los va a castigar el señor por suplantar atribuciones que no les corresponden y por contar mentirijillas cada dos minutos.
Así lo espera este condenado sin remedio, este adicto confeso al pecado (pero bien hecho). Para mientras eso, pues eso, a joerse tocan, amantes de la lírica.